domenica 30 ottobre 2011

El Golpe de Estado de 1973, La Junta Militar de Gobierno, La DINA

    Asesinato de Orlando Letelier, 21 de septiembre de 1976

Orlando Letelier
Tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, que llevó a Agusto Pinochet  al poder, Letelier  fue detenido y torturado, siendo enviado a una prisión política en la isla Dawson, en el Estrecho de Magallanes. Después de su liberación, fue a Washington en 1974, donde trabajó para restaurar la democracia en Chile
Orlando Letelier fue asesinado al explotar una bomba colocada debajo del piso del vehículo en que se movilizaban el 21 de septiembre de 1976. El coche bomba también mató a la ayudante estadounidense de Orlando Letelier, Ronni Moffit.
El asesinato de Letelier era la parte de un esfuerzo coordinado por varias dictaduras militares en América Latina para intimidar y asesinar a sus opositores políticos. Este esfuerzo, conocido como la Operación Cóndor contó con la cooperación de los  Estados Unidos e incluyó naciones como Brasil, Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y Bolivia
Destacado aviador, egresa como subteniente de la Escuela de Aviación en 1940. Estando en el cargo de general, fue nombrado jefe del Estado Mayor de la institución y Comandante de la Guarnición Aérea El Bosque. En 1973, Salvador Allende lo nombra comandante en jefe de la Fuerza Aérea. Integró la Junta de Gobierno el año 1973, siendo destituido en 1978.

Manuel Contreras, dirigente  da Dina
El 11 de septiembre de 1973, un golpe de Estado al mando de los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, terminó con el mandato de Salvador Allende. Tropas del ejército y aviones de la Fuerza Aérea atacaron el Palacio de La Moneda (la sede de gobierno), donde Allende se suicidó antes de ser capturado.

• La Junta Militar de Gobierno

La Junta Militar debía gobernar como cuerpo colegiado de acuerdo a lo acordado por los generales golpistas. La presidencia le correspondió al general Augusto Pinochet, por ser comandante en jefe de la rama más antigua de las Fuerzas Armadas. Según la idea original, la presidencia de la Junta seria rotativa, pero esto nunca se cumpliría.

Como era necesario que existiese alguien que hicera las veces de cabeza de Gobierno visible, se estableció por el decreto ley N° 527 de 1974, que el presidente de la Junta ejercería el poder ejecutivo, con el título de Jefe Supremo de la nación, a pesar que éste no tenía relación con los poderes que obstentaba. Un nuevo decreto ley le confirió más tarde, en diciembre de ese mismo año, el título de presidente de la República.

El poder que adquirió Pinochet con este nombramiento fue enorme, teniendo la facultad de nombrar y remover a su arbitrio, ministros, intendentes y alcaldes. Además mantenía su puesto en la Junta, con el derecho a voto que tenían todos sus integrantes. Pudo hacer que la Junta aprobase la gran mayoría de sus proposiciones, ya que tenía seguro el voto del director general de Carabineros, general César Mendoza Durán, y la antigua amistad con el comandante en jefe de la Armada, almirante José Toribio Merino, le facilitaba su acuerdo.6 Sería el comandante en jefe de la Fuerza Aérea, general Gustavo Leigh, con el que Pinochet tendría los mayores roces, desencadenándose una rivalidad que sólo se resolvería en 1978.

• La DINA

A inicios de 1974 fue creada oficialmente la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) por el decreto ley N° 521 (aunque funcionaba de facto desde fines de 1973). Esta Dirección quedó a cargo del teniente coronel de ingenieros Manuel Contreras.7 La DINA tenía facultades para detener y confinar personas en sus centros operativos durante los estados de excepción. Como estos estados duraron casi toda la dictadura, la DINA tuvo estas facultades durante toda su existencia.

Esta organización tuvo la tarea de enfrentarse a un enemigo que, de acuerdo a la visión política de la Junta Militar, era la sedición marxista. Entrenados en la Escuela de las Américas, los agentes de la DINA iniciaron una campaña de represión, focalizado principalmente en el GAP (Grupo de Amigos Personales de Allende, su guardia personal) con sesenta muertos, el MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionario) con 400, el Partido Socialista de Chile con 400 y el Partido Comunista con 350.8 La DINA empleó el secuestro, la tortura y el asesinato. Tenía también agentes internacionales, siendo el más destacado el estadounidense Michael Townley, quien asesinó a Carlos Prats en Buenos Aires y a Orlando Letelier en Washington, DC. Su otro dispositivo internacional era la Operación Cóndor, de cooperación ente los diversos organismos de inteligencia de las dictaduras latinoamericanas de contrainsurgencia, con el objetivo de contener cualquier elemento de izquierda.9 Sólo se detendría su funcionamiento al ser reemplazada por la CNI (Central Nacional de Informaciones), y Contreras por Odlanier Mena.10 Contreras después afirmaría que todo lo que realizó fue por órdenes superiores, y que el jefe de la DINA era el general Pinochet.11

• 1978

En 1978, la dictadura militar enfrentó uno de sus momentos más complejos. El régimen recibió la condena mundial por el asesinato de Orlando Letelier en Washington DC, la polémica con el general Leigh y su expulsión, y el clímax del Conflicto del Beagle con Argentina que casi desemboca en un enfrentamiento bélico.

• Letelier

Las primeras malas noticias para el régimen venían desde Estados Unidos. El atentado explosivo contra Orlando Letelier era más de lo que ese país podía aguantar. Las investigaciones correspondientes les revelaron que durante el atentado a Letelier habían pasado por el país dos agentes de la dictadura: Juan Williams y Alejandro Romeral, identidades que eran falsas, y que el fiscal identificaría gracias a información proveniente de Paraguay (lugar donde se realizó la falsificación de los pasaportes) como el estadounidense Michael Townley y el capitán del Ejército Armando Fernández, ambos agentes de la DINA. Fernández fue el que investigaba las acciones diarias de Letelier, preparando la información para que Townley, junto a exiliados cubanos, prepararan la bomba que terminaría con la vida del ministro de Allende. El gobierno de los Estados Unidos, enfurecido por la situación, exigió la entrega inmediata de Townley, por su condición de estadounidense, a lo que Chile respondió rápidamente, por el temor al corte de relaciones diplomáticas. Se exigió además la extradición de Contreras y la de Fernández, pero la Corte Suprema denegó la extradición, ya que, se argumentaba, la única prueba que poseían en su contra eran las declaraciones de Townley. Otros sectores afirmaron que esta defensa era errónea, argumentando que también se tenían los pasaportes falsos y el testimonio de los cubanos exiliados. El caso Letelier no fue perdonado por la amnistía de 1979. Estados Unidos reaccionó con el Filipinazo.

• Leigh

Uno de los más graves problemas del caso Letelier fue la ruptura definitiva entre Leigh y Pinochet, aunque era un enfrentamiento que venía gestándose desde el principio del régimen. Leigh tenía ideas políticas muy diferentes a las del presidente de la Junta, empezando por la molestia que sentía el aviador hacia el dictador por el protagonismo de este último, siendo que Leigh se consideraba el planificador del golpe, en lo económico aspiraba a un estilo más clásico, diferente al del planeado por los Chicago Boys, y en lo político deseaba colocar plazos para el retorno de la democracia. Sus declaraciones al diario italiano Corriere della Sera gatillaron la crisis. Allí dirigió duros ataques a Pinochet y su política, hablando de que el régimen militar había devenido en una «dictadura personalista» y de que «consideraría muy seriamente» su posición en la Junta, si el régimen hubiera tenido algo que ver con el caso Letelier. Pinochet, Merino y Mendoza le pidieron una retractación por estas palabras, que habían dado la vuelta al mundo, pero Leigh se negó pese a los consejos de Merino y de los ministros civiles. Los otros miembros de la Junta le dieron la opción de renunciar o lo destituirían. Él no lo aceptó, ya que el estatuto de la Junta especificaba que un miembro solo podía ser destituido por imposibilidad física o psíquica, y además tenía el apoyo de casi toda la cúpula de la Fuerza Aérea. Finalmente los restantes miembros, invocando las atribuciones contenidas en el estatuto de la Junta, lo destituyeron mediante el decreto Nº 624 de 24 de julio de 1978, que expresaba que: «el general Leigh se encontraba absolutamente inhabilitado para continuar ejerciendo sus funciones» (al remitirse dicha decisión a la Contraloría, ésta lo consideró jurdídicamente como un decreto ley); mientras el ejército cercaba todas las bases de la Fuerza Aérea. Diecisiete generales lo apoyaron y renunciaron junto a él, pero eso no impidió nada. Fernando Matthei, el elegido por la Junta, tomó inmediatamente la posesión de sus dos nuevos cargos.  

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