En los últimos meses del años que acaba de finalizar, portavoces de grupos y personas con tendencias racistas y nacionalistas de argentina, algunos de los cuales tienen intereses económicos personales en el territorio ancestral de la nación Mapuche, han acentuado su campaña de manipulación de los hechos históricos que busca negarle a los originales habitantes del Puelmapu sus derechos territoriales ancestrales. Sus argumentos se sustentan en teorías de seudo historiadores que obedecen ideologías colonialistas basadas en la superioridad racial.
Sin embargo, hay una argumentación con la que creo los mapuches coincidimos con estos revisionistas, re-editores de la historia, quienes tras sus ‘investigaciones’ y, como si fuera un descubrimiento espectacular, nos revelan que los mapuches no son originales de Argentina ni de chile; esto para nosotros (los mapuches) no puede ser más lógico y, naturalmente no debería ser una novedad para nadie, ya que cuando las republicas de Argentina y Chile fueron creadas los mapuches, originales habitantes del Cono Sur de América, ya tenían un nombre común propio con el que se identificaban entre si y, un territorio ancestral milenario, reconocido independiente el 6 de enero de 1641 por un tratado internacional celebrado en Killen entre la nación Mapuche y la Corona de España.
En lo que sin embargo, no estamos de acuerdo con los argumentos de esta misma corriente de opinión winka, es la noción que los mapuches del Puelmapu o Gulumapu (Araucanía y Patagonia) como anteriormente se conocía el Wallmapu no sean los originales habitantes de esos territorios. La especulación de estos historiadores parecieran basarse solo en los relatos de portavoces criollos que promovieron la ocupación del territorio de la nación mapuche y que más tarde justificaran el genocidio de su población; es posible que exista también en estos individuos una dosis de ignorancia, amnesia selectiva o posiblemente formando parte de un contubernio económico estratégico de corte colonialista, porque como es de público conocimiento, el territorio Mapuche nunca formo parte de la Capitanearía General de Chile ni del Reino de La Plata, por lo tanto los derechos territoriales heredado de España que ambas republicas invocan, es decir el uti possidetis (como poseéis podéis seguir poseyendo) no es aplicable al territorio de la nación Mapuche.
Es decir, la argumentación de aquellos winka que cuestionan si los mapuches son de Argentina o Chile es irrelevante porque dicho territorio no es ni argentino o chileno. Asimismo, la frontera que las nuevas republicas erigieron en el territorio mapuche nunca existió entre los mapuches y nosotros no la reconocemos valida, porque es ilegal y porque además de haber sido impuesta arbitrariamente, divide a la familia mapuche.
Mapa publicado cerca de 1830. En él se ilustra que tanto Argentina o Chile no tenían jurisdicción en el territorio Mapuche porque el territorio Mapuche no formaba parte ni de la Capitanearía General de Chile o del Reino de la Plata. Ver mapa completo. clic aquí |
En lo que se refiere a la delimitación territorial, la única frontera existente en los momentos de la declaración de independencia de las republicas de Chile y Argentina en 1810, era la línea divisoria establecida en el tratado de Killen de 1641 anteriormente mencionado. La frontera comprendía aquellos territorios que España administraba y mantenía jurisdicción de facto (de hecho) y los territorios que el pueblo Mapuche poseía por derecho natural e histórico o de jure (de derecho); en otras palabras España no tenía jurisdicción de la Araucanía y Patagonia ni de hecho ni por derecho y fue en ese contexto especifico y claro que los Mapuche y España celebraron el mencionado tratado de 1641. Los mapas del continente americano hechos por cartógrafos independientes de países europeos reflejaban esa realidad geográfica (ver mapa) en ello se demuestra convincentemente esa línea divisoria que por el gulumapu al sur del Bío-Bío al Pacifico y en el Puelmapu al sur del rio Colorado al Atlántico eran territorios mapuche y/o de los reche (toda la gente), ubicados en el extremo sur del continente, comunidades con algunas características regionales propias, pero que en general eran indivisible entre sí por la afinidad de valores culturales que los unía, incluyendo la utilización del mapuzugun como medio lingüístico globalizante, con los naturales modismos regionales, propio de naciones organizadas políticamente en cualquier parte del mundo.
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