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Esta es la descripción simple de una situación que, a la luz de tratados bilaterales, es hoy inamovible, en cualqueir sentido. Pero para llegar a ella debió recorrerse un largo camino, plagado de vicisitudes y de sinsabores para nuestra patria. Para entenderlo, hagamos un poco de Historia.
Límites al norte
En 1810 (ver mapa más abajo), Chile estaba delimitado por las siguientes fronteras: al Norte con el Río Loa, el cual desemboca al mar en 21º27’, al poniente con el Océano Pacífico, al oriente con la cordillera de los Andes hasta la altura aproximada del volcán Maipo, en 34º10’, en el cual la línea divisoria se internaba por el macizo cordillerano (en casi 600 kilómetros) para entroncar al otro extremo con los ríos Diamante y Quinto, hasta cortar en 65º latitud Oeste de Greenwich.
El 20 de abril de 1819, en el norte del país y al sur de Iquique, que en esos momentos era territorio nacional, comienzan a gestarse los primeros conflictos de la época. Pues Bernardo O’Higgins decreta el bloqueo de los puertos peruanos para evitar que recibieran ayuda por parte de España, que aún controlaba esos territorios.
En tanto, Bolivia continuaba su búsqueda de un puerto para terminar con su mediterraneidad, y su primer presidente no demoró en afirmar que la ensenada de Cobija, al sur del río Loa, pertenecía a su país. No obstante, el gobernante interino de Perú (paradójicamente de nacionalidad boliviana), Andrés Santa María, desestimó la petición del gobierno de su país de origen. Irónicamente, en 1829, Santa María asumió como gobernante de Bolivia, y como tal comenzó a negociar con Perú un canje de territorio para conseguir Arica.
Como las negociaciones fueron infructuosas, se impulsó el desarrollo de la caleta de Cobija, la que se encontraba bajo jurisdicción chilena, por encontrase al sur del río Loa. Sin embargo, los problemas políticos internos, propios de un país en formación, consiguieron que nuestro país se desentendiera de los avances bolivianos.
Chile hasta 1881 (ampliar imagen) |
Así, el presidente Manuel Bulnes dicta una ley que declara propiedad nacional a las guaneras ubicadas al sur de la bahía de Mejillones, prohibiéndose que algún barco cargara este producto sin permiso de las autoridades chilenas. Con esto, Chile reconoce tácitamente que su límite septentrional era Mejillones, situado en 23º latitud sur, aunque sus títulos históricas delimitaban nuestra frontera en 21º27’, en la desembocadura del Loa
En 1843, el gobierno boliviano, a través del ministro Casimiro Olañeta, solicitó la revocación de la ley dictada, pues afirmaba que su país ejercía la soberanía hasta el río Salado, situado en 26º. Posteriormente se corrigió, señalando que el río Salado se ubicaba en 26º.
El ministerio de RR.EE. de Chile, encabezado por Ramón Irarrázaval, respondió que el gobierno no podía alterar las leyes existentes sin estudiar detalladamente los títulos de dominio de ambas partes.
En 1847, Bolivia reitera los argumentos históricos en favor de sí, pero el gobierno chileno intenta solucionar el conflicto de manera amistosa y propone la acreditación de agentes en uno y otro país. El representante boliviano esgrimió entre todos sus documentos, testimonios extraoficiales de individuos que además de no haber estado jamás en la zona en litigio, establecían diferentes latitudes para ubicar al río Salado.
La presencia chilena en el desierto de Atacama, desde el paralelo 23º de mejillones hacia el sur, se mantuvo inalterable mientras el dominio de la zona no fuera modificado por un pacto internacional o por cualquier otro medio reconocido en el Derecho de Gentes.
Aunque en los primeros documentos constitucionales que se redactaron a partir de 1811 no se hizo alusión al territorio que ocupaba nuestro país, en la constitución de 1822 se señalaron por primera vez los límites de Chile. Así, en las posteriores cartas fundamentales de 1823, 1828 y 1833 se señalaba, con algunas pequeñas modificaciones, que el territorio chileno se extendía de norte a sur, desde el desierto de Atacama al Cabo de Hornos, y de oeste a este, del océano Pacífico a la Cordillera de los Andes. Esta delimitación (errónea en lo concerniente a la cordillera de los Andes como límite, ya que a partir del paralelo 34º10' se interna hacia el Atlántico) fue aprovechada por Argentina y Bolivia para cuestionar nuestras fronteras.
En el caso de Argentina, se objetó la soberanía chilena en las regiones trasandinas de la Patagonia. Esto, porque al fijarse la cordillera de los Andes como límite chileno, se habría reconocido que la Patagonia estaba fuera de su soberanía.
Bolivia, por su parte, refutó los derechos alegados por Chile en el desierto de Atacama, argumentando que el término “desde” era excluyente del punto de partida de una cosa.
En 1863, Bolivia declara la guerra a Chile, pero la aparición de una escuadra española que exigía a Perú la reparación de los daños causados a sus súbditos, detonó un sentimiento solidario en América, que pretendía evitar cualquier intento reivindicatorio de España.
De esta manera, en 1865 estalla la guerra con España, en la cual Chile y Perú firmaron una alianza a la cual Bolivia apoyó. Esto favoreció el restablecimiento de las relaciones chileno-bolivianas, que permitió la firma de un tratado en 1866. En él, se fijaba como línea divisoria el paralelo 24 del mar a los Andes, y además se pactó la división de las ganancias obtenidas por el guano entre los grados 23 y 25, así como de las generadas por la exportación de minerales extraídos en dicha franja.
División económica en el paralelo 24º (ampliar imagen) |
Sin embargo, Bolivia firma un pacto secreto con Perú en 1873 con el objetivo de recuperar el territorio en conflicto.
Pero nuevas negociaciones realizadas en 1874 acordaron los siguiente: Chile renuncia a sus derechos soberanos al norte del paralelo 24, pero a cambio, el gobierno boliviano se compromete a no aumentar los impuestos a las personas y empresas chilenas ubicadas en la zona, por un período de 25 años.
Bolivia, bajo el mandato de Hilarión Daza, no respetó este pacto, y se aumentaron los impuestos a los capitales chilenos, y aunque Chile hizo lo posible por solucionar este problema por la vía diplomática, la ciudad de Antofagasta -habitada principalmente por chilenos- fue ocupada por tropas Chilenas, territorio que aparecía como nuestro en el tratado de 1866.
Esto detonó la guerra contra Bolivia, país al que se alió Perú por causa del pacto secreto entre ambos países. Chile logró desarticular por completo el ejército de Bolivia, por lo que sólo las tropas peruanas siguieron en combate, las que no recibieron ninguna ayuda por parte de sus aliados bolivianos.
Finalmente, el 20de octubre de 1883, Chile y Perú firman un tratado de paz (Tratado de Ancón) que pone fin al conflicto. Posteriormente se establece un pacto de tregua con Bolivia, en 1884, el que finalmente desembocó en un tratado de paz definitiva firmado el 20 de octubre de 1904, en el cual se señalaba el dominio absoluto y perpetuo de Chile en todos los territorios ocupados en virtud del pacto de tregua. A cambio, nuestro país ofreció indemnizaciones económicas y facilidad de tránsito comercial por dichos territorios (Ver Tratado de límites con Bolivia).
Con Perú se firmó la paz en 1883. En dicho documento Perú cedía a nuestro país el territorio de la provincia de Tarapacá, que limitaba al norte con la quebrada y río Camarones; al sur, la quebrada y río Loa; por el oriente la república de Bolivia y por el poniente, el océano Pacífico.
Además se entregaba a nuestro país la administración de las provincias de Tacna y Arica por un período de diez años, los que una vez finalizados, darían paso a un plebiscito para determinar la nacionalidad de los territorios, debiendo pagar una indemnización de diez millones de pesos al país que perdiera.
Sin embargo el plebiscito no se llevó a cabo, a cambio de lo cual se firmó en Lima el 3 de agosto de 1929, un tratado que expresaba los siguiente: “El territorio de Tacna y Arica será dividido en dos partes: Tacna para Perú y Arica para Chile. La línea divisoria entre dichas partes y, en consecuencia, la frontera entre los territorios de Chile y Perú, partirá de un punto de la costa que se denominará “Concordia”, distante diez kilómetros al norte del río Lluta, para seguir hacia el oriente paralela a la vía de la Sección chilena del ferrocarril de Arica a La Paz y distante a diez kilómetros de ella, con las inflexiones necesarias para utilizar, en la demarcación, los accidentes geográficos cercanos que permitan dejar en territorio chileno las azufreras del Tacora y sus dependencias, pasando luego por el centro de la Laguna Blanca, en forma que una de sus partes quede en Chile y la otra en Perú”. El tratado de 1929 fijó definitivamente nuestras fronteras hacia el norte.
Límites al sur
A pesar de que en 1856 Chile y Argentina suscribieron un tratado en el cual acordaban respetar los límites al momento de separarse de España en 1810 (Uti posidettis, “Lo que tenías poseerás”), Argentina rompió el tratado y envió tropas a la Patagonia, enteramente chilena en ese momento. Desde ahí en adelante Chile se ha visto obligado a aceptar, por presiones argentinas, negociaciones territoriales que han mermado ostensiblemente su territorio y que, encadenadas, obligan siempre a nuevos acuerdos perniciosos.
En 1872, el gobierno argentino articuló un controversia sobre la soberanía patagónica y propuso circunscribir el creado litigio a las tierras que circundaban el estrecho de Magallanes y propuso una línea desde la bahía de Peckett hasta la cordillera. Chile recordó que los derechos históricos, avalados en el tratado de 1856, señalaban que los territorios nacionales se extendían hasta toda la Patagonia, cortada al norte por el río Diamante.
Pero los problemas limítrofes en el norte de nuestro país permitieron que las tropas argentinas entraran pacíficamente a la Patagonia, sin oposición.
Más tarde, obligado por la situación beligerante, Chile entregó sus derechos sobre la Patagonia firmando un tratado con Argentina en 1881, que establecía como límites de norte a sur desde el paralelo 52 de latitud, pasando por las cumbres más altas de la Cordillera de los Andes que dividan aguas. Además, en este tratado se establecía que la corona Británica arbitraría en caso de no llegar a acuerdo en situaciones beligerantes.
El estrecho de Magallanes quedó con sus dos orillas bajo jurisdicción chilena, mientras que las islas existentes sobre el Atlántico al oriente de la Tierra del Fuego y costas de la Patagonia, eran territorio argentino.
Sin embargo surgieron algunos conflictos que se aclararon en el Protocolo del 1893, que mantenía la generalidad de lo pactado en 1881, además de comprometer a ambos países a no pretender punto alguno en el Atlántico, para Chile ni Argentina en el Pacífico. La interpretación discordante que ambos países hicieron de los convenios de 1881 y 1893 terminaron por resolverse a través del arbitraje británico que entregó su informe en 1902, el que determinó (con evidente perjuicio para Chile) la repartición equitativa de los territorios en conflicto.
Pero eso no fue todo, en 1889, Bolivia entregaba secretamente parte de la Puna de Atacama -territorio chileno- a la república Argentina. Tres años más tarde, Chile se enteró de esta situación y reclamó sus derechos sobre el territorio, firmando un tratado de paz con Bolivia. Esta situación aumentó los roces fronterizos entre Chile y Argentina, hasta que en 1896, tras asumir la presidencia de nuestro país Federico Errázuriz Echaurren, se firmó, en 1898 un acuerdo en el que se proponía discutir el tema en una conferencia con delegados de ambos países en Buenos Aires.
Así, en 1899 y tras no llegar a total acuerdo, se fijó un límite que, si bien dejaba gran parte de la Puna para Argentina, dejaba para Chile terrenos de vital importancia.
Origen de los conflictos de límites entre Chile y sus vecinos
Al iniciarse la independencia de los pueblos americanos, se tomó como límites los que se conocían hasta ese momento, esto se denomina UTI POSSIDETIS JURIS de 1810. En estas circunstancias, nuestro país limitaba con Perú en el despoblado de Atacama.
En 1825, Simón Bolívar declaró a Cobija como el principal puerto de la República de Bolivia. Nuestro país, sin un pleno conocimiento de la situación geográfica, situación dificultada por los medios de transportes y comunicaciones, ignoró este acontecimiento, lo que dio a Bolivia la posibilidad de contar con una salida al mar, por una parte del Desierto de Atacama. La ocupación boliviana del desierto no causó gran preocupación hasta que se descubrieron riquezas minerales como el guano y el salitre.
En 1866, Chile y Bolivia firmaron un Tratado de Límites, en que se determina que el Paralelo 24º de Latitud Sur sería la frontera entre los dos países, pero que entre los paralelos 23º y 25º de Latitud Sur, existiría una zona de explotación "a medias" entre ambas naciones. Sin embargo la aplicación de este tratado fue un fracaso.
Por otra parte, Perú y Bolivia firmaron un pacto de ayuda en caso de agresión, este acuerdo se llama Tratado Secreto de 1873. Lo anterior significaba que en caso de que uno de los países tenga algún problema con otro Estado, el país aliado debe ayudarlo. (ART 1°)
En 1874 se firmó un nuevo Tratado de Límites con Bolivia, donde se marca definitivamente la frontera en el Paralelo 24º de Latitud Sur. Esta situación afectó a los mineros chilenos al norte de éste Paralelo, por lo que Chile consiguió que por un período de 25 años no se les subieran los impuestos a las industrias salitreras chilenas allí instaladas.
En 1878, Hilarión Daza asume el gobierno de Bolivia, y decide subir los impuestos del salitre a los capitales chilenos en 10 centavos por quintal de salitre, violando el Tratado de 1874. Como los chilenos se niegan a pagar, el gobierno boliviano ordena el remate de las industrias salitreras chilenas.
Primeros aprontes bélicos
El 14 de febrero de 1879, día en que Bolivia remataría las salitreras chilenas, nuestra escuadra naval desembarca y ocupa la ciudad de Antofagasta, las tropas nacionales estaban al mando del Coronel Emilio Sotomayor.
Bolivia declaró la guerra a Chile el 1 de marzo de 1879, siendo el primer enfrentamiento entre las fuerzas chilenas y bolivianas, el Combate de Topater el 23 de marzo.
Para el 29 de marzo, la situación del Perú era insostenible y declara estar en alianza con Bolivia, por lo que el gobierno de Chile declaró la guerra a los aliados el 5 de abril de 1879.
Tratados al final de la Guerra del Pacífico
Con Perú
1.- La provincia de Tarapacá queda a perpetuidad para Chile.
2.- Tacna y Arica quedan para Chile por un período de 10 años.
3.- Luego de este período se debía realizar un plebiscito que definiría cual de los países se queda con las provincias. El país que perdiera debía recibir del ganador la cantidad de 10 millones de pesos en moneda chilena de plata o soles peruanos de igual ley y peso que aquella.
El plebiscito indicado en el Tratado no se efectuó una vez cumplido el plazo de diez años, porque ambos países no lograron un acuerdo sobre la forma de efectuarlo.
Se iniciará un largo camino de negociaciones, en las cuales tuvo participación el gobierno norteamericano sin mayor éxito. Finalmente, bajo la presidencia de Carlos Ibáñez del Campo se firmó el Tratado de Lima (1929), mediante el cual se acordó la vuelta de Tacna a la soberanía peruana quedando Arica en poder de Chile. El límite, conocido como Línea de la Concordia, se trazó a 10 kilómetros al norte de la línea del ferrocarril que va desde Arica a la Paz.
Tratado de Lima de 1929:
1.- Tacna es devuelta a Perú, Arica queda para Chile.
2.- Chile debe construir en Arica, una serie de obras para el servicio de Perú. (muelle de atraque, estación de ferrocarriles, oficina de aduana)
3.- Chile desartillará el morro de Arica y debe construir un monumento en señal de paz y amistad entre ambas naciones.
Con Bolivia
Pacto de Tregua (4 de abril de 1884):
Luego de complicadas negociaciones, pudo llegarse a un entendimiento con Bolivia, firmándose un Pacto de Tregua indefinida. En él se estableció lo siguiente:
1.- El territorio entre el río Loa y el paralelo 23 continuaría bajo jurisdicción chilena.
2.- Se restablecían las relaciones comerciales entre Chile y Bolivia, y se otorgaban a esta última franquicias especiales.
3.- Bolivia devolvería las propiedades confiscadas a chilenos.
Sólo en 1904, se concretará el Tratado de Paz, Amistad y Comercio entre ambas naciones.
Tratado de Paz y Amistad con Bolivia (1904):
1.- Antofagasta queda a perpetuidad en poder de Chile.
2.- Chile construiría un ferrocarril para unir Arica y La Paz, para uso boliviano sin costo para ellos. (artículo 3°)
3.- Compensaciones económicas de Chile a Bolivia, que consistieron en la entrega de 300.000 libras esterlinas, en dos pagos de 150.000 libras esterlinas. (Artículo 4°)
4.- Bolivia tiene libre tránsito de productos y personas desde los puertos chilenos al territorio boliviano. (Artículo 6°)
El tema de Tierra del fuego
El archipiélago fueguino pertenece hoy a dos países: Argentina y Chile. Además cada país tiene sus propias divisiones políticas internas subdividiéndose en departamentos, jurisdicciones, comunas, etc. Pero en sí podemos decir que está situado entre los paralelos 52° y 56° de latitud Sur y los 63° y 73° de longitud Oeste de Greenwich. La superficie total es de aproximadamente 65.000 km cuadrados, de los cuales 20.898 km2 son argentinos y el resto le corresponde a Chile.
Comparando el área que ocupa podríamos decir que su tamaño es alrededor de las 3/4 partes de Irlanda. La parte argentina da como resultado una superficie algo menor que El Salvador y la chilena un poco mayor que la superficie de Suiza. La latitud de la zona correspondería, en el hemisferio norte, a la que ocupan las ciudades de Londres, Amsterdam, Brujas, Varsovia, Berlín, Hamburgo o Copenhague solo para citar a algunas; aunque el clima de la región es totalmente diferente. La división del territorio entre ambos países está dada por el meridiano 68° 40' Oeste de Greenwich.
Las islas al sur del Beagle y desde isla Nueva al cabo de Hornos pertenecen a Chile, sin proyección hacia el océano Atlántico, según se especificó en forma definitiva en el tratado de paz y amistad firmado el 2 de enero de 1985, en Roma.
Antecedentes
El problema de los límites en la región austral datan prácticamente desde la independencia de ambos países. El primer "acuerdo de paz, amistad, comercio y navegación" (1856) conviene que los límites serán los existentes en 1810. Las diferencias se debían arreglar sin llegar a las armas. Pasaron varios años y luego de disputas y hasta algunos forcejeos se arriba al tratado de 1881 donde se establece la división de la Isla Grande de Tierra del Fuego y la división del resto del archipiélago.
Para ese entonces la ciudad de Punta Arenas, sobre el Estrecho de Magallanes, ya había sido fundada. En realidad se trataba del traspaso de la población de Fuerte Bulnes (1843) y su presidio a un lugar más benévolo, eligiéndose para ello a "Sandy Point" (1848).
Chile realizó una expedición a Tierra del Fuego en 1879, cuando el Capitán Montaner desembarca en Gente Grande, explora Bahía Inútil y llega hasta San Sebastián regresando al continente. El asentamiento en la bahía Porvenir, hacia 1894, ya era más que un establecimiento y varias casas se levantaban cerca del puerto. La fiebre del oro y la actividad de los loberos hizo que existiera una corriente "colonizadora" hacia las islas al sur del archipiélago.
Así hacia 1890 había trabajadores en islas como Lennox, Picton, Navarino, Hoste, etc. Todos provenían de la ciudad de Punta Arenas, puerto de recalada obligado para todo vapor que navegaba hacia uno u otro océano. Algunos se afincaron y comenzaron explotaciones ganaderas y aserraderos
En 1953 se comienza a construir Puerto Williams en el sitio conocido por Puerto Louisa. Allí funcionaba el aserradero de Federico Lawrence que fue expropiado por el gobierno de Chile. Los Lawrence también tenían una estancia en Punta Remolino, en la margen norte del Beagle. Recibían rollizos de Almanza y Moat que eran transportados en jangadas cruzando el Beagle.
La situación que comenzó a reinar en la zona fue bastante confusa y luego de reclamaciones mutuas, un arbitraje objetado por una de las partes y varios roces, se llega al borde de la guerra hacia fines de 1978. La intervención papal, representado por el Cardenal Samoré, en las mediaciones, evitó un conflicto armado y propuso una solución a la controversia.
Luego de un plebiscito celebrado en la Argentina en 1984, se firmó el tratado de "paz y amistad" entre ambos países. Ante la presencia del Papa, el 2 de enero de 1985 se firmó en Roma el acuerdo donde Chile mantenía su soberanía sobre las islas Nueva, Picton y Lennox, además de otros islotes e islas que no estaban en la discusión.
A cambio de esto las naves argentinas pueden surcar libremente las aguas del Beagle que antes eran chilenas. Por otra parte, el acuerdo establecía que por cinco años no se podían presentar reclamaciones fronterizas por ninguna de las partes. En el papel, Chile conservó lo que era suyo, las islas Picton, Lennox y Nueva, pero Argentina logró su objetivo de delimitar las aguas y consagrar una "extraña" línea divisoria que deja intactas y da fuerza a sus pretensiones futuras sobre el Territorio Antártico chileno, ya que ahora su poroyección resulta evidente.
Estrecho de Magallanes
Con la división realizada del archipiélago fueguino, en 1881, Argentina obtuvo la boca oriental del Estrecho de Magallanes (Atlántico). En el mismo tratado se establece que al norte del Estrecho exista una línea fronteriza, retirada de la costa, que desde Punta Dúngenes (sobre el Atlántico) corra hasta encontrar el "divortio aquarum" de la Cordillera de los Andes. En la práctica, Chile mantuvo en propiedad su soberanía sobre todo el Estrecho de Magallanes, salvo la boca que da sobre el Atlántico. De este modo, Argentina no accedió a territorios sobre el Estrecho de Magallanes manteniendo Chile tanto la franja costera de Tierra del Fuego como la parte continental.
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